Una tarde de lluvia pudiera ser cualquier tarde de lluvia, pero fue la tarde de lluvia de ayer.... Las montañas protegen mi nombre, allí no soy yo, no soy nada... un todo de magia, vida y color, fulgor de la mañana unido con el ocaso de la tarde, vida y momento me ven sentir. Es curioso cómo los pensamientos se alejan de la mente, cómo se elevan, a saber dónde... y por qué no decirlo, amo la tierra. Y en momentos como éste, ella se funde con el cielo. Y en momentos como éste el cielo se posa sobre la tierra con la calidez y la dulzura de un manto poderoso lleno de ternura y pasión. Por un momento se aman y protegen, por un instante invaden mi corazón. Quién no ha bailado, amado, cantado....bajo la lluvia. Sí, la hojas crujen, las flores bailan, el son lo marcan pequeñas gotas aladas que disfrazan hasta el más mínimo suspiro en movimiento. Mojada, calada hasta los huesos me retiro a descansar. Dejo las huellas, el brillo y los recuerdos, me voy con sus sonidos ...